miércoles, abril 19

Mediocridad


Soy una persona media. De estatura media, complexión media y cociente intelectual medio. Ni muy guapo ni muy feo, no soy en exceso simpático ni tampoco un alma huraña, carezco de vicios raros y de aficiones interesantes. Estudié lo del montón, tengo el coche que más gente tiene en España y disfruto de un trabajo normal en una empresa normal donde percibo exactamente el salario promedio de mi segmento laboral.

Soy lo suficientemente maduro para saber que ni moriré de hambre ni me haré rico y famoso, pero lo bastante inconsciente para creer en conceptos abastractos que tan sólo sean fierabrás contra la realidad.

El último ladrillo de mi personalidad mediocre lo constituye un grillete hipotecario de dimensiones medias, que me ha permitido acceder a un minipiso que he de rellenar con muebles mediocres. Ahora sólo queda una guinda a este soso pastel: una buena televisión sofronizante de altavoces gordos y que contribuya a seguir siempre lo más pegado posible a esa raya que indica el medio de la mediocridad: que me diga qué coche comprar, con que vacaciones soñar, a quien votar y a quien odiar.

Y bueno, creo que este post ya ha alcanzado la dimensión mediana de todos los post del blog, así que regresaré al monocorde sonido de la rutina, mientras este suspiro binario se aleja a velocidad media....